Agosto 2016
No encuentro en mi cuerpo cicatriz más bella que la provocada por la desunión fÃsica del amor.
El amor más puro hasta ahora conocido y el cual entrego sin lÃmites ni pausas.
Un amor ciego y convaleciente.
Un amor que me separó de ella y, a los años, a ella de mi.
Cicatrices que hablan aunque nos volvamos sordos.
(MarÃa Ramos)